20 de mayo de 2023

Una banda de orgullo.

Por fin puedo escribir esto. Eso de tenerte a mi lado todo el rato complica mi función. Y creo que mis fans y queridos lectores hacía tiempo que querían leer algo en este, nuestro blog. Seguro que sí, campeón. Tengo un momentito, estás duchándote, así que no puedo alargarlo mucho. Esto tendría sentido si hubiera terminado de escribir el día que empecé, pero bueno. 

        Ha sido un fin de semana de emociones. Nervios. Agobios. Salidas a terminar ciertos retoques y algunos problemas técnicos. Por fin, tras 5 años de mucho estudio, te acompañamos a tu graduación. Lo digo en plural porque esa misma suerte la tuvieron tus padres y tus abuelas en décima fila, muy cerquita tuya, y un servidor destinado al gallinero de la sala. Esto de estar sin el aire en Granada un 13 de mayo me lo tendrán que explicar, porque yo no lo entiendo. Un crimen al nivel de decir el andén del tren 1 minuto antes de su salida.  

Recuerdo esa primera vez que nos conocimos, recién habiendo empezado segundo de carrera. Nos faltaba mucho por delante, y poco nos íbamos a imaginar que, debido a la pandemia, yo iba a dejar la carrera y tú ibas a vivir lo que has vivido estos últimos 3 años. No voy a hablar de la pandemia, porque suficiente lo hicieron tus profesores, y también, que sepas que este artículo no está escrito con ChatGPT. Más faltaría. 

        Han sido 5 años de tu vida, y 4 de la nuestra, en la que he podido ver como has superado todas y cada una de las asignaturas que iban pasando en tu calendario. Civil, Penal, Procesal, Penal II, Civil III, y muchas otras de las que no entiendo ni su nombre. He visto también cómo el año pasado conseguiste una plaza en la Universidad de Ciencias Políticas que más personajes ilustres ha tenido en sus pasillos, y una plaza en la Universidad de España que cualquiera que estudie Derecho quiere pisar. Esa plaza en la Carlos ha permitido que este año encontrara yo también trabajo en nuestra querida Madrid y viviéramos nuestro primer año juntos. 3 años y pico después de empezar no está nada mal. Nos lo queríamos tomar con calma. 

Han sido 5 años, 3 universidades, 2 países, en los que me has contado mil cosas de tu carrera. A veces pienso que me la estoy sacando a la vez. Esto me dura hasta me cuentas algo y veo que lo único que entiendo era la teoría filosófica de la política que estudiaste en segundo. Te he acompañado a Getafe, entré en tu sede de Granada, y a punto estuve de hacerlo en París. Qué bonitos fueron esos días en las preciosas calles de tu erasmus. 

        Como todas las parejas que han vivido un camino largo, hemos tenido nuestros distintos tramos. El tramo de nubes y amor color rosa del principio. Las dificultades de la distancia y de un Covid que nos hizo vernos muy poco. La burbuja del erasmus que mantuvimos sin que explotara. La alegría de volver a Madrid. El momento de la ilusión de vivir en el mismo sitio, y la estabilidad de una pareja de 3 años y pico que han pasado como si fueran 10 y a la vez 1. Me quedo con cada una de ellas, y repetiría todo el camino una y otra vez para volver a este momento. El momento en el que te veo en las escaleras del palacio de Congresos de Granada con tu banda naranja y roja que combina a la perfección con tu vestido. Ni que lo hubieras pensado. 

Ahora se te abren varios caminos por delante: el duro y aventurero camino de una oposición, o la profesional y cambiante senda de la empresa legal y allegados. Hay múltiples opciones, y muchas de ellas correctas. Como decía Aristóteles, la felicidad solo se encuentra de una forma: cuando eches la vista atrás y no te arrepientas de tu vida, el camino habrá valido la pena. Escojas lo que escojas, ahí voy a estar para acompañarte, porque a pesar de que a veces te escuche en mi “mundo” (cierto es que tú tienes muchas más cosas a contarme), la alegría y sobresaltos de tu vida, hace de la mía una más alegre y sorprendente. 

        A pesar de todo esto, te queda un último empujón. Esta banda que te han puesto no vale de nada sin el título. Como a mi con la L del examen de conducir y el suspenso posterior. Te queda un último esfuerzo, y sé que, en comparación al resto, esto estará chupado para ti. Mi jurista y politóloga. Estoy orgulloso de ti. 

Te quiero. 

P.D. Por fin tienes tu entrada en mi blog, como has querido todos estos años :)


1 comentario:

  1. Que bonito Aleix , me encanta. Gracias por todo lo que le aportas a Cris.

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