Mi nombre es Le Lector y te escribo desde Menorca. Sé también que tú y yo no hemos hablado mucho. Sé que no me conoces de nada, y lo entiendo, pero eso es porque llevas unos días en nuestras vidas y no has tenido la valentía de pasarte por aquí. No sé si es que para ti esas islas no existen o qué te pasa, pero formamos parte del mismo país que has paralizado esta semana.
Empezaste a aparecer hace unos diez días por el norte de la Península. Vascos, gallegos y cántabros te sufrieron y se encontraban en alerta naranja, pero todos sabemos cómo son. Para uno de Eibar, Hendaya o de Arizgoiti, tú eras una simple brisilla, y eso te picó. Ya lo sé, y es normal. Pero piensa que están acostumbrados… No te lo tienes que tomar personal, porque no es por ti, sino que son ellos los especiales. Puede nevarles como nunca, pero no va a encerrarlos en casa. Lo raro es que no salieran en manga corta.
Pedimos hace 10 días una entrada tranquilita de año, en la que pudiéramos empezar a olvidar al anterior, pero se ve que el 202… -no me sale ni decirlo-, te dejó el pabellón bien alto y le has seguido el ritmo eh. Empezamos y a los 5 días se invade el Capitolio en EE.UU., algo impensable hace varios años -y en ningún momento de cualquier país democrático-. Y, ahora, dos días más tarde, nos dejas esta ola de frío en medio de la tercera de nuestro conocido el virus. ¿Qué más se puede pedir? Creo que ya tenemos el entrante, el primero y el postre. No necesitamos nada más porque vamos servidos. O al menos yo, qué quieres que te diga.
Las semanas ahora mismo, pasan como si fueran años, ya que nunca sabemos lo que nos va a ocurrir. Tal vez, la semana que viene llega el tsunami más alto de la historia o un meteorito se estrella contra nuestro planeta azul. Nunca lo sabremos. Puede que sea el año de que el Atleti gane la Champions… ¡ay dios mío! Esperemos que no.
Hace 3 años nevó en Madrid, no mucho, pero nevó. Yo lo veía desde casa por las noticias, anhelando a que llegara mi estancia allí para que volviera a hacerlo y caminar por sus calles como si de una película se tratara. Me fui a Madrid y no nevó en los dos años que estuve. Me marcho y, ¿qué ocurre? Nieva el enero posterior al que yo me voy de ahí, en el mismo centro de la capital. ¿Es una jodida broma? Eso es lo primero que me pregunté. Veía la que habías liado por Instagram y sólo era capaz de sentir envidia por toda la gente que disfrutaba de esa ciudad de película, equiparable a Central Park nevado o a un Arendelle cubierto de blanco en Frozen.
Primero sólo cubrías ciertas calles de los barrios lejanos, por lo que no era nada del otro mundo. El asombro vino cuando empezaste a cuajar en Gran Vía, Cibeles o el Retiro, con espesores de más de 40 cm, en el que la gente dejaba sus muñecos de nieve –algunos más conseguidos que otros. Mejor no busques qué muñecos hacían porque te saldrá de todo…-. Si cuando llueve la capital se vuelve loca, contigo es normal que dejaran de funcionar los semáforos, los coches se pararan y las vías se colapsaran. No están preparados para ello, pero lo viven como si sólo lo vivieran una vez en la vida.
Esta nevada destapó lo mejor de la gente: guerras de bolas de nieve en pleno Callao; bares improvisados en el que se ponía cerveza en el mismo hielo para enfriarla; gente paseando con esquís o gente que se cogía a sus perros y se hacía un trineo rollo Colmillo Blanco o Bajo cero. Hasta el mismo alcalde empujaba coches como uno más. Tiene cierta gracia, la verdad. Como ves, los españoles tenemos mucha inventiva. Eso nadie nos lo quitará. Aunque un poco gili**** también somos, para qué negártelo.
Me han contado que te has pasado también a visitar Zaragoza, Extremadura, Toledo, Ávila y hasta te has pasado por la costa mediterránea, parándote en la mismísima Comunitat Valenciana. Por Andalucia y Baleares se te ha olvidado, pero no te preocupes, que volverás. Hombre que si volverás. Mira que nosotros te ofrecemos lo mejor de lo mejor… Playa, cervecita, buen tiempo y gente muy simpática, pero veo que prefieres a otros. Tú sabrás.
Bueno Filomena, no te quiero enredar mucho más. Sé que aún te quedan unos días más para irte, pero no quiero que lo hagas sin saber que todos nosotros te damos la bienvenida y adiós, que suficientes problemas tenemos ya como para añadir una borrasca. Muchas gracias por pasarte y ya nos dices si necesitas algo.
Con cariño,
Le Lec.
P.D. Si sigues nevando un par de días más me viene genial, que así se leen mi artículo. Envíame un whats y lo acordamos. Un beso ;)
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