9 de mayo de 2021

¿La responsabilidad pa' cuándo?

       *Ilustración de Emmanuel Merlotti (@emmanuelmerlotti)


¡Oye, que no me habían dicho a mi que el Covid había dejado de existir! Mira que todos los días estoy atento a las noticias, por si algún día dicen algo que no hayan repetido durante los últimos 365 días, pero eso no lo han comentado en ningún momento. Seguramente en ese instante debía estar comiendo y no me enteré, pero por lo que se vio ayer por la noche, seguro que ya hemos superado la pandemia. 

Si pensabais que no iba a escribir sobre esto, creo que no me conocéis muy bien. Últimamente me estoy aficionando a esto de la crítica, y no me está desagradando, al contrario. Eso sí, siempre con respeto -suerte que tengo a mi novia que lee las entradas antes de publicarlas y me hace de editora-. 

        23.59. Todo el mundo aguardaba. Un momento ansiado que hacía 6 meses que no ocurría. Parecíamos los de High School Musical a punto de empezar el verano. Los segundos pasaban lentamente y la gente solo quería que llegara esa hora donde el toque de queda quedara en el pasado; un pasado oscuro de nuestro país y de muchos otros por el que esperamos no tener que volver a pasar. 

El toque de queda y las restricciones nos han jodido a todos este año; a los que teníamos y tenemos una relación a distancia no nos han dejado vernos mucho; a los que les gusta salir de fiesta no han tenido sus discotecas abiertas; a los que les gusta ir a tomar una cerveza por la noche, sus bares estaban cerrados y el simple hecho de pasear por la calle solo, a las 2 de la mañana, estaba también prohibido. También os digo que a mi lo último no me mola, pero imagino que, entre 48 millones de españoles, alguno habrá que le guste pasear solo en la oscuridad de la noche. 

        00.00. La purga empezaba. La purga o la fiesta, depende de como se mire. También os digo que se veía venir, y que por eso muchos policías seguramente pensaron: “si tengo que multar, voy a tener que multar a 5000 personas, así que mejor pasamos”. Madrid, Salamanca, Andalucía, Barcelona… Todos estos sitios fueron Trending Topic en Twitter con el hastag #subnormales. Y tanto que lo somos. 

El día que Sánchez dijo que lo más probable es que el estado de alarma se suprimiera el día 9 de mayo, la gente ya vio la luz al final del túnel. Después de 1 año con medidas, algunas más buenas y otras que han sido una mierda, eso sabía a gloria. Sabía a como si el virus y toda la mierda que lo envuelve hubiera dejado de existir, pero en el fondo sabíamos que no es así. Ayer, una vez llegó la hora, la gente salió, evidentemente, en tromba a llenar las calles y hablar con su gente. Parecía que no se habían visto en 6 meses, y todo esto lo hacían sin mascarilla. Sol, la plaza mayor de Salamanca o la playa de la Barceloneta fueron los escenarios de este caos que todo el mundo podía prever y nadie pudo parar. 

        Hay que reconocer que la gente que salió es una infinita minoría de este país que se ha comportado ejemplarmente durante toda la pandemia. No porque yo diga esto, estoy generalizando a toda la gente de estas ciudades. Mi novia, muchos de mis amigos, mi familia, y mucha gente más, con muy buen criterio, decidieron quedarse en casa y un día más, resignarse a ver como la gente de siempre estropea lo que hemos tardado meses en conseguir. 

Aquí en Baleares vamos a seguir como estábamos: toque de queda a las 23.00, sin poder comer dentro de restaurantes y con reuniones de 6 personas. Nos reservamos para cuando vengan turistas; cómo no. Si hubiera podido, habría salido a la puerta de mi casa a la 1 de la mañana, solo para oler eso, para sentir cómo era estar fuera de tu casa por la noche, porque hace tanto que no me pasa que ya no sé ni lo que se siente. 

        Ahora nos quejaremos del Gobierno, de su mala gestión, de que no han hecho nada para prevenir esto. Y las comunidades también serán las primeras que lo hagan. Es verdad que el Gobierno ha sido un poco como Herodes: “yo me lavo las manos y vosotros ya decidiréis lo que hacéis con vuestra gente”. Y así ha sido como ha dejado a las comunidades huérfanas de una legislación que no se puede aplicar para controlar directamente la pandemia. Todos tendrán sus fallos, pero también os tengo que decir una cosa: gobernar un país donde hay gente tan gilipollas tiene que ser muy complicado eh. Tiene mucho mérito. 

Dentro de un par de semanas veremos que pasa. Si la cosa va mal, que esperemos que no, habrá gente que se quedará sin trabajo en un tiempo. Yo solo aviso. El que espera no quedarse sin trabajo soy yo, así que ya le podéis dar alguna visita a esto que estamos creando entre todos, y yo estaré muy contento. Sobre todo, pensad una cosa: responsabilidad y empatía, que nos queda poco.


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